El hostal tiene un ambiente encantador, con una escalera de madera que añade un toque acogedor. Disfruté de la tranquilidad y del esmero de Fátima, quien se aseguró de que todas mis necesidades estuvieran cubiertas.

Mejorar la visibilidad de las señales para llegar.

Me encantó mi estancia, especialmente la limpieza impecable de la habitación y la terraza donde servían desayunos con un delicioso café, perfecto para comenzar el día. Definitivamente volvería.

volveré

Situado en pleno Camino de Santiago y acogedor, el lugar tiene habitaciones pequeñas pero bien equipadas. El baño es privado y hay calefacción. La cama es cómoda, y el desayuno es correcto, aunque no hay cocina. Fátima, la dueña, es muy agradable, lo que se agradece.

Este lugar me queda perfecto y ofrece todo lo que necesito, wifi gratis, un televisor de pantalla plana y un desayuno adecuado. Recuerdo con gratitud que me ayudaron a devolverme mis pertenencias olvidadas. Sin duda, volveré por un fin de semana.

Ideal para peregrinos cansados

La verdad es que el lugar tiene un ambiente acogedor, y Fátima, la dueña, estaba siempre dispuesta a ayudarme. Un detalle que no olvidaré fue la pequeña tienda de recuerdos, donde compré una bufanda chula del Camino.

No fue barato, pero la calidad lo justificó.

El lugar es ideal para descansar durante el Camino de Santiago. Pasamos dos noches con mi padre, disfrutamos de la calidez del ambiente y de la buena ubicación para recorrer Sahagún, un pueblo precioso que vale la pena visitar.

Según mi mujer, sería genial tener más actividades para los niños.

La atención, la limpieza, el ambiente acogedor fue realmente encantador.

El desayuno dejó mucho que desear, con un café de cápsulas y una tortilla prefabricada, que se sirvió fría tras recalentarla. Aunque el lugar tiene su encanto, la atención no fue la mejor, evidenciando falta de experiencia en la hostelería. Sin embargo, las galletas dulces destacaron como un punto positivo, lo que dio un ligero alivio a la mala experiencia matutina. No creo que regrese.